martes, 26 de abril de 2011

Algo más sobre la putez.



Hace años, las mujeres se esforzaban por demostrar que eran puras y castas y la virginidad era un valor importantísimo, altamente valorable, y hasta imprescindible si se pretendía seguir el camino "del bien". Así, las mujeres se esforzaban por ocultar sus deseos, sus pasiones o por reprimir sus ganas. Ahora, se pasó al otro extremo, hoy las mujeres se esfuerzan por mostrarse los más sexuales posible, las adolescentes compiten por ver quien hace más petes y muchas mujeres prefieren mostrarse como trolas y no como castas.
Entre la castidad y la putez, hay un abismo, sin embargo, hoy, con una sociedad machista que sigue estando de base, se condena tanto a "la virga" como a "la puta". En este camino no claro que se le pide a la mujer (por parte de los hombres y también de las mujeres), optamos por ser a veces recatadas y a veces medio putas. Aún continúan en la cabeza de muchos, prejuicios como que si te acostás con un hombre el día en que lo conocés "nada serio se puede pretender con ella", o si salís con dos a la vez "es re trola", o si sos madre soltera "coge sin pensar", o si estás embarazada y te acostás con un hombre que no es el padre del bebé "no pensás en tu hijo" y muchos otros. Y ni hablar de que todavía hay hombres que creen que se hacen cosas diferentes con las esposas que con las prostitutas o con las amantes.
Toda esta contradicción constante entre lo que se pretende de las mujeres, hace que muchas veces no sepamos como mostrarnos o que nos sintamos mal cuando hacemos algo considerado "de putas" o fácilmente sancionable.
Personalmente, mi mamá me crió con estas contradicciones constantes entre la imagen que "nos corresponde" dar a la mujeres. Con el tiempo, por suerte me fui corriendo de esa postura y me di cuenta de que la forma en que te sanciona verbalmente alguien, habla más de la otra persona, que de uno. Y mientras lo que se haga no sea un delito, está todo permitido. Sin embargo, a pesar de eso, el peso social a veces se hace sentir y nos hace mentir o simplemente sentirnos mal cuando nos vemos haciendo algo "de putas". Hace unos años, yo estaba recientemente separada. Y tenía un amigo-sexual con el que nos veíamos una vez a la semana pero que no daba más que para eso, también me veía ocasionalmente con un hombre casado (ocasionalmente significaba no más de una vez por mes) y como a pesar de esto seguía estando sola, conocí por chat a un chico que daba para algo más serio, habíamos salido un par de veces, pero aún no había pasado nada y a mí me gustaba mucho él pero no sabía si él iba a volver a llamarme. El tema es que mi amigo sexual el día de la semana en que nos veiamos se quedó a dormir, y tuvimos sexo como a las 7 de la mañana, antes de que él se fuera. Después yo me fui a trabajar. Volví al mediodía, y el chico casado me anuncia por sms, luego de dos meses sin vernos porque él estaba de viaje, que estaba en la ciudad y que si podía ir a casa, "Y bueno", dije, suponiendo que el día terminaba ahi. Pero me llamó el chico del chat para invitarme a cenar, y era el que más me interesaba de los tres y fue imposible decirle que no. Y bueno, a la noche hubo primera vez con él. Y por supuesto nunca le conté lo que había hecho ese día, ni se lo contaría a otro hombre (bueno, excepto a ustedes) Y cuando volví a mi casa, sola ya, me miré al espejo y me sentí muy puta.
Para ellas: Y a vos te pasó esto de sentirte puta alguna vez? cómo lo viviste?
Para ellos: a ustedes que les pasa con el tema puta-no puta.

miércoles, 20 de abril de 2011

De medios, infidelidades, prejuicios y discursos



Hoy me cansé de ver la noticia del romance entre Juana Viale y Martín Losteau. No es la idea hacer acá un debate sobre si está bien o mal que los medios de comunicación se metan en la intimidad de la gente, especialmente cuando lo que está en juego no es algo que afecte a la sociedad. Pero parece que el ser famoso habilita a que todo lo que hagas sea público. Pero el tema que más me llamó la atención es la reacción de la gente ante un tema que como dije arriba, no afecta a la sociedad.
Yo siempre leo los comentarios que los lectores dejan en los diarios digitales, me parecen que muestran a la sociedad de una manera muy clara: están los llenos de prejuicios, los coherentes y los que comentan con fines específicos, ya sean comerciales, partidarios o de autosatisfacción. En este tema, surgió muy fuerte el discurso moralista.
No tengo ni idea de la vida de Juana Viale, ni de la relación con su marido, pero porqué será que surge tan fuerte esto de PUTA cuando una mujer engaña a un hombre. Y luego, surgió el tema de que es aún más puta porque engañó a su marido estando embarazada, como si el embarazo hiciera que dejes de ser mujer.
En el medio del escándalo salió Marcela Tinayre a defender a su hija, con bastante coherencia. "La banco en lo que elija", "Me importa un carajo que a los demás les guste o no les guste" y "Esta sociedad parece Gran hermano".
Se ve que los mandatos de la madre-dinosaurio de esa familia fueron bastante desoídos. Marcela aceptó que su marido tuviera una hija extramatrimonial mientras estaba con ella y Juana tiene un amante estando embarazada. Y la vieja aún no se cayó de culo.
Y a vos, ¿cual fue la primera opinión o expresión que te surgió cuando viste la noticia de Juana Viale embarazada y a los besos con un hombre que no es su marido?

sábado, 16 de abril de 2011

Puntos de autoestima



Hoy en varios blogs leí cosas relacionadas a la diferencia de autoestima en los hombres y en las mujeres, aduciendo que las mujeres somos más sensibles a las heridas narcicistas.
Si bien es bastante arbitrario hablar de la autoestima en términos de género, también es bastante cierto que las mujeres somos más propensas a desilusionarnos, bajonearnos o deprimirnos cuando alguna actitud pone en duda ya sea nuestra belleza, nuestra personalidad o nuestro amor.
El hombre está más acostumbrado a seducir y por consiguiente, bancarse los cortes de rostro. Claro que también a ellos les puede bajar la autoestima y dolerles, pero es como que socialmente el hombre está preparado para eso. Obvio que también hay diferentes clases de hombres: los tímidos, los inseguros, los cautos, los que se tiran a la pileta sólo si hay agua y los que se tiran a la pileta y después preguntan si hay agua. En cambio, en las mujeres, un golpe en la autoestima es vivido casi como un derrumbe emocional.
Si una mujer le dice a un hombre que le insinuó interés "seguí participando, nene", posiblemente no le pasen grandes cosas a ese hombre, excepto que esa mujer sea el amor de su vida. En cambio, si un hombre le dice a una mujer: "seguí participando, nena", eso implica casi seguro un día llorando y cinco días de malestar. Además de tildarlo de grosero.
Y es cierto, el miedo al rechazo es el que nos hace no animarnos a muchas cosas. En mayor o menor medida todos tenemos temor al rechazo, pero quizás algunos y algunas tengan mayor tolerancia a la frustación y se bancan varios No sin problemas, mientras que a otros y otras un sólo no, implica juntar la autoestima del piso.
Yo por mi parte no soy de avanzar, no doy el primero paso. Por cobardía, inseguridad, autoestima en el límite, o por lo que sea, juego a lo seguro. Y así me aseguro los sí.
y vos, ¿cómo te llevás con tu autoestima?, ¿ resguardás tu autoestima lo más que podés o la dejas libre como el viento y que sea lo que tenga que ser?

sábado, 9 de abril de 2011

La sobrevaloración del sexo



Shakespeare sintetizó la idea en una frase perturbadora: Ser o no ser. Y hoy el dilema parece extenderse a muchos aspectos de la vida.
Coger o no coger, he aquí la cuestión.
¿Cual es el verdadero motivo del sexo, cuan real es la necesidad de coger cada una determinada cantidad de días?
El sexo es un instinto, es cierto, pero los instintos también están sobrevalorados, todo parece reducible a lo instintual: "el instinto materno", "el instinto sexual"....puro cuento.
Desde el instinto, el sexo es necesario para descargar tensiones y para conservar la especie. Eso es cierto. Todo lo demás del sexo no forma parte del instinto, es social, puramente humano. Y es lo verdaderamente lindo.
Lo que nos distingue de los animales es justamente la parte no instintiva del sexo: el deseo. Buscamos ser deseados, buscamos desear, gustar, provocar placer, entregarse al otro, detener el tiempo. Buscamos mimos, compañía, juego, un momento compartido que sume algo a nuestras vidas. ¿Cual es la razón del sexo si no es ésta?
La descarga de tensiones se puede lograr mediante una masturbación, por lo cual no sería necesario para ese fin tener sexo con alguien. Sin embargo, muchas veces tenemos sexo solo para eso.
Cuantas veces escuchamos frases del tipo: "al menos garcho seguido". "prefiero tener con quien coger aun cuando no compartimos otra cosa", "nuestra relación se basa en el sexo, en cuanto nos vestimos no hay nada".
En este punto, me parece que el sexo está sobrevalorado. O sea, se le da mucha importancia a algo que se puede obtener el mismo resultado masturbándose. Y sin embargo, para obtener sólo eso, chateamos, salimos, hacemos concesiones, nos pasamos noches durmiendo poco, discutimos, etc.
A veces tenemos sexo "porque hay que coger", "porque hace dos meses que no estoy con nadie", "para no sentirme sola/o", y no por el verdadero motivo del encuentro con el otro. O será al revés, y el sexo en realidad está infravalorado, o sea, el sexo es mucho más que una descarga de tensiones y sin embargo, a veces elegimos que sólo sea eso.
Coger sin ganas es algo que todos hemos hecho en algún momento. Pero a veces está bueno preguntarnos por qué cogemos y que buscamos cuando buscamos sexo.
y vos, en este momento de tu vida, ¿Por qué cogés?

Una bañera de ...



hace un tiempo encontré esta foto de casualidad y la guardé porque me pareció muy original. Jamás se me hubiera ocurrido sumergirme entre sandías. Pero recordé el placer que produce tirarse en un pelotero, por ejemplo. O meterse en un jacuzzi lleno de espuma.
También recordé a la tonta esta de Mariana Nannis cuando decía que se bañaba en champagne o a Cleopatra que se bañaba en leche. También en otro orden de cosas me acordé de cuando en los viajes de egeresados se hace un clericó gigante en una bañera.
La idea de este post es que dejes volar tu imaginación y pienses en este momento en una bañera... ¿con qué elementos comestibles o no, te gustaría sumergirte?. Puede ser solo o acompañado. (No vale decir "me meto en esa misma bañera de sandías con esas chicas", porque ya ven que no hay más lugar)

miércoles, 6 de abril de 2011

Fertimachos



La otra vez hablábamos en un post sobre esa costumbre masculina de mirar el forro cuando se lo sacan y de preocuparse por la cantidad de semen, aún cuando no tienen ni las remotas ganas de tener un hijo. Y esto tiene puntos en común con esa relación que parecería existir entre virilidad y fertilidad.
Hoy, a pesar de que hace muchos años que la actividad sexual se despegó de los fines reproductivos, continúa en la mente de muchos y también en el discurso social esta idea de que un hombre puede definirse por su posibilidad de embarazar a una mujer.
Y hablaba del discurso que está en la estructura de toda sociedad y que va modelando nuestros malestares, ideas y formas de ser hombre y de ser mujer. Cuantas veces escuchamos frases como: "faaa, le hiciste mellizos" (como si tener mellizos tuviera alguna relación con la potencia de la relación sexual o con el placer obtenido), o los tipos que te gritan por la calle "mamita, si te agarro te hago trillizos". A la hora de insultar también se apela mucho a esta relación entre ser hombre y ser fértil: "Pero ese es un puto, si ni hijos pudo tener". También he escuchado a hombres decirles a su pareja, luego del anuncio del embarazo: "yo sabía que esa noche te había dejado embarazada". "Te quiero hacer un hijo". Incluso hasta llegué a escuchar a un hombre que dijo (su mujer estaba embarazada): "seguro que es nena, porque dicen que los hombres muy mujeriegos como yo HACEMOS nenas".
Y ni hablar del ataque social que se le hace a los hombres que hacen pública su infertilidad. Pongamos el caso de Jorge Rial, al que por su falta de códigos se le pueden hacer mil críticas y hay cientos de cosas por las que putearlo. Pero sin embargo, más de uno, cuando se enojan con él apelan al "huevoseco" y ese tipo de cosas. Para mí esas expresiones implican dejar de hablar con alguien, automáticamente.
Algo curisoso de esta sobreexigencia que socialmente se le hace al hombre en cuanto a su virilidad, lleva a que algunos hombres, ante el diagnóstico de la infertilidad se sientan disminuídos en su condición de hombre y hasta les de verguenza. En cambio, las mujeres que no pueden tener hijos, suelen tener una sensación diferente, la mayoría se siente desilusionada, piensan en lo que no podrán tener, pero no en términos de imagen social, sino en el sentido de la ilusión.